Se dice que en 1939 los
grupos más cercanos a Cárdenas preferían al general Francisco Múgica frente al
general Manuel Avila Camacho. Avila Camacho decide la sucesión civil y duda
algún tiempo entre los abogados Padilla y Alemán.
Alemán no muy de su voluntad
ha de designar a Adolfo Ruíz Cortines como su sucesor. Se dijo que él prefería
a Fernando Casas Alemán como sucesor y que ARC le fue impuesto por el veto de
los ex presidentes Cárdenas y Avila Camacho.
La sucesión de ARC fue una
obra de virtuosismo político. Muy pocos pensaron que López Mateos, Secretario
de Trabajo llegaría a ser Presidente.
Díaz Ordaz, presionado por
los acontecimientos de 1968, osciló mucho entre Martínez Manatou y Echeverría.
En 1975 el
"destape" de López Portillo era ignorado por el propio presidente del
Partido Revolucionario Institucional. El desconcierto de la clase política fue
considerable. Era la segunda vez que un candidato oficial a la Presidencia
carecía de antecedentes políticos personales en el campo electoral.
El desconcierto aumentó en
1981 al designarse candidato al licenciado Miguel De la Madrid. Un viejo y
avezado observador político escribió entonces: "Que Dios nos coja
confesados, éstos olvidaron el libreto." La ausencia de antecedentes
políticos personales era mucho más necesaria que en los casos anteriores. El
PRI -con el propio presidente del partido a la cabeza- había sido incapaz de
presionar respecto de esa decisión personalísima del Presidente.
En la estructura política
nacional el partido oficial ha ganado desde su fundación la totalidad de las
elecciones para Presidente de la República, Gobernadores de los Estados y
Senadores. En las elecciones presidenciales los momentos más difíciles los ha
pasado entre los años de 1940 y 1952 con candidatos de la oposición salidos del
propio partido oficial o del sistema, Almazán (1940), Padilla (1946) y
Henríquez Guzmán (1952). El PRI está organizado por sectores. Eran cuatro en
1929: militar, obrero, campesino y popular. Posteriormente desapareció - al
menos visiblemente- el sector militar, aunque participa con los otros sectores
en el reparto de candidaturas y cargos. Podría decirse que en los últimos sexenios
se le ha agregado un nuevo sector: el IEPES, formado por técnicos y
profesionistas de planeación que participan ciertamente en el reparto de cargos
electores - diputados y senadores por ejemplo -.
Hasta ahora la maquinaria
electoral del PRI ha sido eficaz. El impacto de los partidos de oposición
-tanto de izquierda como de derecha - ha sido más que nada en el sector de
clase media (lo que sería el área del llamado sector popular, organizado en torno
a la CNOP y a los sindicatos de burócratas). Desde el inicio de la reforma
política en el sexenio anterior, se ha incrementado notablemente la
participación en el nivel de diputados federales, diputados locales y
municipales. Se habla ahora de una participación mayor en el senado.
La pregunta radical es si el
PRI convertido desde hace varios años en una especie de ministerio de
elecciones podrá seguir siendo eficaz y enfrentar las nuevas condiciones que en
muchas formas son muy distintas de las de 1929.
La población en ese tiempo
podría calcularse en no mucho más de quince o dieciséis millones. Las
comunicaciones eran escasas o nulas. Apenas comenzaba la radiodifusión
comercial y el cine era mudo. Viajar de un extremo a otro del territorio
costaba días y hasta semanas.
Carreteras y aerovías, han
reducido a horas muchos de aquellos viajes. La geografía ha dejado de ser aquel
obstáculo. La televisión ha roto aislamientos de siglos. El teléfono ha
sustituido en muchos casos la comunicación escrita y postal. La población del
país se ha quintuplicado.
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